Llevó
el tenedor a los crepes que había pedido, disfrutando de su sabor al entrar en
contacto con su boca, e inmediatamente llevó el café de sus labios, sintiendo
lo cálido del líquido y el contacto de la taza caliente con sus manos, porque
la había tomado con las dos manos sin importarle como se vería, él tenía frío y
eso era todo.
Una
risa que para sus oídos era muy conocida llamó su atención haciendo que dude un
poco en girarse al lugar de donde provenía, pero el seguir escuchándola había
hecho que se girara para comprobar que sólo era su imaginación porque no podía
ser la única persona que ría así, pero al parecer lo era porque lo podía ver
ahí sentado en una mesa casi al otro lado de la cafetería, se perdió un momento
en observarlo, parecía que el tiempo que llevaban sin verse no hubiera pasado
porque lucía casi igual a excepción de que su forma de vestir había cambiado y
su cabello ya no era tan largo sino que ahora era más corto que igualmente lo
hacía lucir bien. Entonces vio que no se encontraba sólo, que había alguien
junto a él, una chica de cabello largo y negro, recogido en una coleta alta,
era todo lo que podía ver porque ella estaba de espaldas a él, parecían felices
porque la postura corporal de ella lo decía y la sonrisa en los labios del
chico lo confirmaban.
Se
giró hasta volver su mirada a mesa y continúo comiendo queriendo ignorar el
hecho de que alguien que conocía muy bien se encontraba unas cuantas mesas
atrás de él, los crepes ya no tenían el mismo sabor delicioso que tuvieron en
un principio y la fruta tampoco, el café parecía un poco más amargo y la
cafetería ya no parecía tan cálida, pero él sabía que no era problema con todo
aquello, el problema era suyo porque no había pensado en verlo ahora, se había
obligado a olvidarlo o intentar hacerlo, que ahora verlo nuevamente causaba
eso, incluyéndole el sentimiento de añoranza.
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